4 de octubre de 2011

“DE LA VIDA SALVAJE A LA REALIDAD.”


       Mi nombre es Elena, nací un trece de julio en 1988 en Pamplona. Un acontecimiento en mi vida, único e irrepetible, que me marcó para toda mi vida es la experiencia de haber vivido seis años en África, exactamente en Camerún. Es una experiencia diferente a las que oímos hoy en día.

     La estancia allí se debe a la decisión de mis padres de entregar su vida a otras personas, irse de misión con sus ocho hijos, dejando atrás familiares, trabajo, comodidades,…

    Cuando llegamos por primera vez a Camerún estábamos seis hermanos, yo con tres añitos, era la penúltima hija. Éramos unos niños blancos entre tantas caras negras.

    Póngase en mi lugar, imagínese yo con tres años, sin tener gran idea de lo que ocurría, aparecí en un continente nunca oído para mí, con personas, lenguas, cultura, sociedad, ambiente… totalmente extraño ¡qué locura!

    Durante esta estancia no entendía muy bien cuál era la misión de mis padres, y más concretamente, qué hacía yo entre tanta pobreza, malestar, necesidades,… Mis peores momentos eran en la escuela. Por las mañanas iba a un colegio público, donde la lengua oficial era el francés, donde éramos los únicos “blancos” del centro, y donde se llevaba el “castigo físico y psicológico” en las aulas. A todo esto le añades que a la par teníamos que dar clases de español, para convalidar los estudios con los de España.

    Los profesores se reían de nosotros, porque decían que al pegarnos íbamos a estar rojos como el tomate. Cuando se hablaba de la historia de África nos echaba la culpa porque en el pasado, les habíamos esclavizado, maltratado,…

  Puedo decir que cuando intentaron transmitirme o enseñarme algo en la escuela, en Camerún, no aprendí mucho, incluso fui negada. Me encerré en mi misma, aislándome de los demás por miedo, mostrándome insegura, obteniendo bajas calificaciones. Intentaba siempre llamar lo menos posible la atención, pero era inevitable entre tantos negritos, era la mancha blanca en el negro, y hasta incluso, muchas veces éramos objeto de risas y humillaciones.

    Al llegar a España todo era diferente, las personas, las tecnologías, la civilización, la escuela ¡todo! ... Me sentía de nuevo diferente al resto, parecía yo ahora la mancha negra entre tanto blanco. Los estudios fueron cada vez peor, hasta el punto de repetir curso. Fue una lección en mi vida que me hizo cambiar, positivamente, en todos los aspectos de mi vida. Esto último me ayudó a ver que en la vida si no pones esfuerzo en algo, nadie lo va a hacer por ti. Fue entonces cuando comencé a ser libre, a sacar al exterior quien era y a demostrarme a mí misma sobre todo, lo que era capaz de hacer.

    Hoy en día puedo decir que sin ayuda de Dios, de mi familia, no hubiera podido llegar a donde estoy ahora. Pude terminar bachiller, soy Técnica en Educación Infantil y actualmente estoy realizando Magisterio Infantil en la Universidad de Navarra.

    Como se dice en la película de Forest Gum, “la vida es una caja de bombones”, en la que no sabes qué es lo que te vas a encontrar hasta que no los pruebas. Así es la vida, el hombre necesita equivocarse para poder rectificar. Los errores son lecciones en el futuro que te ayudan a madurar. Que un momento de dificultad, se puede convertir en una situación de esperanza, sabiendo que no estás solo, que además de tener a una familia que te va a querer tal y como eres, tienes a un ángel de la guarda que te protegerá en esta vida y en la de más allá.