7 de marzo de 2012

HOMBRES & MUJERES Y LOS MENSAJES

     Yo soy de esas personas que piensa que es muy importante contarle al prójimo lo que uno siente, y más, si es una persona especial en tu vida. Si te es dificultoso, creo que es muy interesante escribir, escribir y escribir, porque cuando uno lo hace, se siente libre, se desahoga, se siente reflejado en aquellas letras que forman un texto.

     Hay gente que piensa que escribir es una pérdida de tiempo, hay otras que simplemente son bastante perezosas como para pararse a pensar qué van a escribir.  Por lo que si uno, se plantea escribir a estas personas,   puede optar por dos opciones: escribirle o dejar de hacerlo  sin recibir nada a cambio.

Ante estas opciones yo me planteo lo siguiente:

     Si le escribo sabiendo que no me va a responder, me pregunto ¿para qué "puñetas" le escribo? Si total, es como si hablara con la pared. Ante esta actitud, no nos estamos dando cuenta de algo muy importante. Es cierto que da mucha rabia, cierto, es ¡Indignante! Sobretodo cuando realmente te esfuerzas en aquellas palabras, y parece como que al otro no le importas.  Sin embargo, no nos estamos poniendo en el lugar del otro.

     Ayer, un amigo mío me dijo que las mujeres somos muy afectivas, y que queremos que nos den lo mismo que damos, y que ellos son diferentes, y quizás ellos,  en una carta, no sean capaces, o que no es su mejor canal de expresividad. Y lo más importante, el hombre no es una mujer, y que hay cosas que no le podemos exigir a un hombre, porque aunque le insistamos, no vas a lograr cambiarlos, porque ellos no necesitan esas cartas larguísimas llenas  de sentimiento. Eso sí, les encanta recibirlas, leerlas, pero no responder.


    Yo soy de esas que escribo cartas larguísimas, y me encanta hacerlas, porque así no se me olvida nada, y a la vez que escribo,  reflexiono, me emociono, revivo momentos, sonrío, me sonrojo,... No sé como expresarlo, me veo reflejado en todas aquellas letras, que es algo que me cuesta tanto decirlo o,  que en el momento no sé expresarlo o directamente, se me olvida. Sin embargo, muchas veces no recibo la misma emoción en la otra persona que me responde.

     Ante esto,  yo me digo a mí misma:  "¡No te des por vencida nunca!" ¿Por qué? Porque creo que siempre hay que dar la oportunidad para que uno te sorprenda.  Porque si das por supuesto que nunca lo hará, le estás etiquetando. Te enfadas, estás de mal genio porque no entiendes el por qué, le etiquetas de insensible,... por lo que no disfrutas de lo que realmente importa que es, disfrutar de una buena compañía.

    Si uno lo piensa bien, se puede dar cuenta que la gran mayoría de las veces, les estamos obligando a que respondan sin darles la libertad de que lo hagan ellos por iniciativa propia. Y si lo hacen con presión, no se expresan bien, lo hacen rápido y corriendo, sin sentimiento, repitiéndose continuamente, y lo más importante, sin el factor sorpresa que te podría causar. Entonces es cuando piensas, seré tonta por pensar todo esto, por no dejarle expresar cuando él quisiera, no cuando a mí me de la gana, que es lo que siempre nos pasa a las mujeres o a veces hombres, que queremos que nos escriban en un momento concreto y de una determinada manera.

     Por eso, a través de esta entrada lo que pretendo expresar, es la importancia de no encerrarnos en una idea, de que cada uno es de una manera, y que no podemos cambiar a las personas a nuestro gusto. Y a todas las mujeres, y también hombres, que los hay, que nos desesperamos mirando un día y otro haber si te ha respondido, nunca perdáis la esperanza, porque algún día llega una carta en la que se te iluminan los ojos, en la que te sorprenden y, hasta incluso, se te salen las lágrimas de alegría, de emoción, por aquellas palabras que te llenan y te consuelan durante una buena temporada.

     Así que, si lo vuestro es escribir,  hacedlo, no dejéis nunca de hacerlo, ya que eso es lo que os distingue de otras personas, y sobre todo, lo que te hace especial ante los demás, ante aquellas personas que realmente os importan.

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