POESÍA


    Esta página la dedico a los grandes poemas y poesías que han pasado por mi vida. Algunos son muy conocidos por todos nosotros, y otros no tanto. He aquí alguno de ellos.



  1. LA CIGARRA Y LA HORMIGA
 Estos versos,  muchos de nosotros, tuvimos que aprendernos de memoría y recitarlo una y otra vez hasta saciarnos. ¿Qué sería de nosotros, sin esta lección de la cigarra y la hormiga?

Cantando la cigarra
pasó el verano entero
sin hacer provisiones
allá para el invierno;
los fríos la obligaron
a guardar el silencio
y a acogerse al abrigo
de su estrecho aposento.
 
Viose desproveída
del precioso sustento:
sin mosca, sin gusano,
sin trigo y sin centeno.
 
Habitaba la hormiga
allí tabique en medio,
y con mil expresiones
de atención y respeto
la dijo: «Doña hormiga,
pues que en vuestro granero
sobran las provisiones
para vuestro alimento,
prestad alguna cosa
con que viva este invierno
esta triste cigarra,
que, alegre en otro tiempo,
nunca conoció el daño,
nunca supo temerlo.
 
No dudéis en prestarme,
que fielmente prometo
pagaros con ganancias,
por el nombre que tengo».
 
La codiciosa hormiga
respondió con denuedo,
ocultando a la espalda
las llaves del granero:
«¡Yo prestar lo que gano
con un trabajo inmenso!
 
Dime, pues, holgazana,
¿qué has hecho en el buen tiempo?».
 
«Yo», dijo la cigarra,
«a todo pasajero
cantaba alegremente,
sin cesar ni un momento».
 
«¡Hola! ¿con que cantabas
cuando yo andaba al remo?
Pues ahora, que yo como,
baila, pese a tu cuerpo».

AutorFelix Maria Samaniego



 2. LA VENGANZA DE DON MENDO
    Este fragmento, que viene a continuación, es de una obra llamada la Venganza de Don Mendo de Pedro Muñoz Seca. 
   Y uno se preguntará por qué me ha parecido tan importante como para ponerlo en mi blog pues, la respuesta es muy sencilla. Estos versos me los aprendí cuando estaba en 5º o 6º de Primaria. En su día, parecía algo imposible aprenderme tantos versos, y hoy, pasados doce años, podría recitarlos otra vez.


    Es algo increíble y a la vez gracioso, como la mente humana puede reterner estos datos y no otros de mayor importancia.
 
Los cuatro hermanos Quiñones
a la lucha se aprestaron
y al correr de sus bridones
como cuatro exhalaciones
hasta el castillo llegaron.

-¡Ah del castillo!- dijeron
-¡Bajad presto ese rastrillo!
callaron más nada oyeron
sordos sin duda se hicieron
los infantes del castillo.

-¡Tended ese puente, tendello,
pues de no hacello, pardiez,
antes del primer destello
domaremos la altivez de esa torre
habréis de vello!

Entonces los infanzones contestaron:
-¡Pobres locos!
Para asaltar torreones,
cuatro Quiñones son pocos,
¡Hacen falta más Quiñones!

¡Cesad en vuestra empresa,
que aventura es esta que dura
porque pedura el bodoque en mi ballesta!

Y a una señal dispararon
los certeros ballesteros
y de tal suerte atinaron
que por el suelo rodaron
corceles y caballeros.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario