21 de noviembre de 2011

UN AMOR DESORDENADO

           El amor es un término que abarca muchos ámbitos, existe el amor a Dios, a la naturaleza, a la familia, a tus amigos, a tu novio.  Por eso, creo que es importante saber que el hombre ha sido creado por Dios para amar a toda la humanidad. Sin embargo, uno no puede afirmar que ama a todos, si no se quiere al que tiene cerca.
            Uno de los grandes problemas que se dan y se han dado a lo largo de toda la historia, es el desorden en este ámbito. A uno no puede importarle más, su perro que su hermano o decir que le agrada más su coche que su mujer. Lo mismo sucede con la sexualidad. Es necesario tenerla ordenada para poder amar al prójimo porque si no uno se deja llevar por lo que le apetece, sin tener en cuenta al otro. ¿Acaso somos animales que nos dejamos llevar por los impulsos, por momentos de placer espontáneos e inmediatos?

            Lo importante es saber  que, tras ese algo hay un alguien, que tiene sentimientos y que tiene derecho a ser respetada/o y a ser amada/o de verdad.

            Yo creo en el amor verdadero, creo que es posible amar a una persona durante el resto de tu vida, en el que  el perdón se da una e infinitas veces más. Es normal discutir, equivocarse, pero el error está en quedarse allí, pensando que el otro siempre tiene la culpa. Por ello, pienso que es esencial el perdón en el que, uno acepta al otro con sus defectos y virtudes.

            No entiendo las parejas de hoy en día que tienen miedo a comprometerse después de cinco años o más de noviazgo. No comprendo a qué esperan, porque si tu quieres a alguien ¿qué te impide afirmar que ese amor es para toda la vida?

            Tampoco me explico cómo algunos matrimonios deciden no tener hijos durante un buen tiempo porque, según ellos, quieren disfrutar de la vida sin ataduras. Y me pregunto yo: si los hijos son fruto del amor ¿acaso son una carga, algo ajeno a los padres? Yo creo que un hijo es una bendición, no un peso que hay que quitarlo de encima, es fruto del amor que se tiene un marido y su mujer. Me atrevería a decir, que muchos matrimonios que estaban próximos a divorciarse, el hijo les ha renovado su amor, los ha vuelto a unir, y les ha devuelto la felicidad.

            Muchos pensaréis que estoy loca, pero así soy yo. Creo en Dios que me ha dado, en primer lugar la vida, y en segundo lugar, la fuerza para poder seguir en esta sociedad tan falta de valores, concretamente del amor.

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